El otro día, fui al mercado de mi pueblo con mi madre a comprar la fruta. Había decenas de cajas de madera tiradas detrás del puesto, esperando ser recogidas por los basureros en cuanto terminase el mercado. Estaban nuevas, limpias y de repente se me empezaron a ocurrir cosas para hacer con esas cajas. Le pregunté al dueño del puesto, qué iba a hacer con las cajas y me contestó que eran para la basura. Entonces le dije si me podía dar un par y me dijo que cogiera las que quisiera, así que me llevé 4.
En cuanto llegué a mi casa, me puse a buscar en internet ideas y vi cosas muy interesantes, entre ellas, las siguientes: